
Actualmente Secretario 2.º en la junta de gobierno, N.H. Antonio Jesús González Jover acaba de ser aceptado en el seminario diocesano 'San Indalecio'. Así lo comunicó durante la
celebración del pasado Triduo de la Virgen de la Merced el canónigo archivero de la Catedral. Hoy Marta Rubí conversa con él en la Voz de Almería:
Cosas del destino -o de la voluntad divina, como
dirían ellos-, los dos nuevos residentes del seminario diocesano
comparten gran parte de su perfil. La edad, una familia que les ha
inculcado la fe y hasta el haber estudiado en el mismo colegio. Pero
sobre todo, la ilusión con la que hablan de su nueva vida que, según
dicen, “es mucho mejor” de lo que esperaban.
Juan Manuel Góngora
Matarín tiene 24 años. Nació en Fiñana pero ha vivido en varios
municipios de la provincia por el traslado de su madre, maestra. Así,
estudió Primaria en el colegio Juan Ramón Jiménez, en la capital, y la
ESO y Bachillerato en el IES El Palmeral, de Vera, antes de decantarse
por la carrera de Humanidades, en la UAL. “En 2003 asistí a una
convivencia del preseminario, me rondó la idea de ir al seminario, pero
finalmente no lo hice entonces”, recuerda. Con una familia implicada en
el movimiento laico de Cursillos de Cristiandad, Juanma continuó su
formación espiritual impulsado por la fe heredada de sus padres.
Pasaron
varios años antes de que aquel primer impulso volviera con fuerza. Fue
en agosto de 2011, coincidiendo con la visita del Papa Benedicto XVi a
España con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. “Tenía dentro
como una semilla y germinó”, dice.
No sintió en este tiempo la
presión familiar pero sí la certeza de que si su decisión final se
decantaba por el sacerdocio sería acogida con alegría. El pasado junio,
el joven comunicó su decisión al vicario Emiliano Abad, consiliario de
los Cursillos, quien le puso en contacto con el rector del seminario.
“Se
siente una certeza interior de que el Señor te llama a servir a los
demás fieles, no de manera global sino concreta”, explica el almeriense.
Un sentimiento que, a pesar del respeto que pueda producir, “sabes que
con el Señor no te faltará de nada”.
Un año propedéutico
Antonio
J. González asiente sonriente a las afirmaciones de Juanma. “Es curioso
que yo también estudié Primaria en el Juan Ramón Jiménez”, comenta.
Antonio tiene un año menos, 24,y no pensó entonces que acabaría con un
‘compañero’ en el seminario. “Hasta hace un año no empecé a darle
vueltas a la posibilidad de tener esta vocación”, aclara. Antes, se
formó en el IES Argar y cursó el grado de Informática en el Celia Viñas y
el Al Andalus.
“Yo soy de La Cañada pero pertenezco desde los 12
años a las cofradías de la Soledad y Prendimiento”. De hecho, todavía
pertenece a su junta directiva. “Los cofrades de ambas se alegraron
mucho por mí cuando les di la noticia”, declara, al igual que sus
padres, a pesar de ser hijo único: “Dicen que si soy feliz...” Por
ahora, el joven está cursando un año propedéutico, como oyente y sin
residir en el seminario, antes de dar el paso definitivo, y sí, asegura
estar encantado.