Entrevista a N.H. José Ángel Vázquez, pregonero de las Glorias de María


Todo es poco a la hora de hablar de la Madre de Dios


Nuestro hermano José Ángel Vázquez Díaz ha sido designado por la hermandad del Silencio para pronunciar la oración a las glorias de María este mediodía, en la parroquia de San Agustín. A escasas horas de dar lectura al texto que con tanto mimo ha preparado conversamos con él.

¿Qué son las glorias de María?
Las glorías de María son cada uno de los momentos, los rincones, los olores que nos recuerden a María. Por tanto es todo aquello que nos ayude a sentirla siempre cercana en nuestras vidas y nos llene de alegría. Es por eso por lo que la gloría de María debe estar siempre en nuestras vidas, incluso cuando contemplemos una imagen dolorosa.

¿Por ejemplo?
Un ejemplo muy claro, que me ocurre cada vez que visito una ciudad o algún pueblo y me encuentro en alguna fachada un escudo mercedario, o alguna calle rotulada con el nombre de Merced o Mercedes, es que en esos momentos recuerdo a la Virgen. ¿Y a qué almeriense no le recuerda el olor a nardo al paso de nuestra patrona? Son esas cosas que de pronto traen a nuestra mente la imagen de María.

Se trata de un texto vivencial, entonces. ¿De qué sentimientos o recuerdos has tirado a la hora de escribirlo?
De los momentos en que mi madre me llevaba de pequeño a ver al Cautivo y yo siempre me iba hacia la Merced, de cuando mi abuela rezaba la salve junto a mí, o mi padre me cogía en brazos para ver mejor el paso de una procesión, sin olvidar la primera advocación mariana que me enseñó mi madre, que fue la Virgen del Mar. Aparte de distintas experiencias que he tenido.

¿Te ha aportado algo escribirlo?
Siempre que se escribe algo, se suelen sacar los sentimientos más profundos de cada persona. En este caso me di cuenta de que hablar de María puede parecer fácil, o que ya está todo dicho, pero al centrarme en su vida e imagen para reflexionar sobre su figura y el cariño de Almería a la Virgen, me he dado cuenta de que todo es poco a la hora de hablar de la Madre de Dios.

¿Almería es mariana?
Sin duda. Los almerienses rezan a María en cada capilla, cada iglesia, o incluso en sus casas. No hay más que irnos al pasado domingo, cuando nuestra patrona salió y llenaba las calles. Almería lleva demostrando su cariño a la Virgen desde siglos.

Cuando termines de pronunciar tu oración, ¿qué sentimiento te gustaría que quedase entre la gente?
Que sepan que siempre, en todo momento, pueden acudir a María. Que la vean como una Madre cercana, a la que hay que querer y mimar. Que con el paso de los días recuerden algunas de mis palabras y sientan el arropo de la Virgen y su presencia a cada paso junto a su hijo.

El próximo pregonero de las glorias de María tiene siempre una palabra delicada y amable para cada una de las imágenes de la Virgen de nuestra ciudad. El cariño a la Virgen le sale por cada poro de su piel pero, especialmente, es la devoción por la Virgen de la Merced la que marca el día a día de nuestro hermano José Ángel Vázquez. A la Virgen del Mar la relaciona con un sentimiento común de nostalgia, a la de la Paz con la alegría, a la de los Ángeles con la belleza, a la del Consuelo con el cariño y el recogimiento, a la de la Soledad con la sobriedad y la tradición, a la del Carmen de Pescadería con el bullicio y el sabor a barrio, a la de San Sebastián con la elegancia, a la del Primer Dolor con los nervios de las vísperas del Miércoles Santo. Con esta declaración de principios es inevitable preguntarle qué supone para él pertenecer a la hermandad del Prendimiento.
Imagino que cada uno se siente orgulloso de pertenecer a su respectiva hermandad, pues son las que dan culto a las imágenes que rendimos mayor devoción. Lo que yo siento al pertenecer a la Sacramental del Prendimiento no se puede explicar, eso hay que sentirlo, como lo sienten los cofrades. Trabajar por tus titulares, ayudar a los demás en obras de caridad, tener esos momentos de cerca con las imágenes... ¡eso es único! Si a eso le añades que la nuestra es una hermandad que procesiona y da culto al Santísimo, donde hay una formación cristiana semanal y que está formada por personas de una gran calidad humana, está claro que pertenecer al Prendimiento ha sido una de las mejores decisiones de mi vida.

¿Qué advocación te 'dice' más?
Merced, siempre.

Es curioso que la advocación protectora de la Virgen por antonomasia sea la advocación que más te llega o dice. ¿Quieres decir, con ello, que el papel que tú reservas a la Virgen en la historia de la Salvación es el de madre protectora?

¿Y cómo va a ser una madre si no? Lo podemos comprobar en la protección y cariño de nuestras propias madres, desde que nacimos; pues más inmenso será el cariño y la más grande la protección de la Virgen hacia todos sus hijos, a parte de no existir mejor camino para llegar a Jesús que a través de Ella, siempre como intercesora.

Merced y Consuelo. De manera no sé si directa o indirecta pero hoy van a estar unidas las dos virtudes principales de una madre: 'protección y alivio'. ¿Qué otras virtudes de María destacas en tu pregón?
Prácticamente destacan esas dos, su consuelo, su cariño, su refugio, su protección, pero también el de ser una mujer comprometida con Dios desde el primer momento y aceptar las pruebas que se le iban poniendo en la vida.

¿De quién te vas a acordar cuando comiences a leerlo?
De quien me ha enseñado a querer a María, mis padres, aunque no estarán presentes.

Fotografía: Víctor González Felices