Mis queridos hermanos cofrades:
Por
primera vez me dirijo a vosotros desde este nuevo servicio diocesano
que la Iglesia me confía. En este año he podido acercarme desde una
perspectiva distinta a la vida de muchas Hermandades y Cofradías, y al
comienzo de esta Cuaresma 2015 os repito aquellas palabras que el Santo
Padre Francisco dirigía a todas las cofradías del mundo el 5 de mayo de
2013 durante la Jornada de las Cofradías y la Piedad popular: “La
piedad popular es una senda que lleva a lo esencial si se vive en la
Iglesia, en comunión profunda con vuestros Pastores. Queridos hermanos y
hermanas, la Iglesia os quiere. Sed una presencia activa en la
comunidad, como células vivas, piedras vivas”.
Qué gran expresión y reto para la misión del mundo cofrade: “LA IGLESIA OS QUIERE”; “SED PIEDRAS VIVAS”.
En
estos días de duro trabajo, nervios e ilusión por llevar a cabo la
valiente misión de hacer de nuestras calles prolongaciones de nuestros
templos, donde cualquier esquina o plaza puedan ser ocasión propicia
para el encuentro con el Señor y con su Santísima Madre, paremos un
instante a contemplar: Dios nos permite “llevarle” a todos. Medios como
el arte plástico, la música, el canto, la belleza del culto serán cauce
para este encuentro. Por ello no caigamos en la tentación de pensar que
somos protagonistas; es Él, nuestro Señor, el Único protagonista.
Es
Él, quien quiere llegar al corazón de todos, absolutamente de todos.
Quiere llegar al corazón de quien no tiene fe, de quien está triste, de
quien ha perdido la ilusión, de quien afronta el desempleo, la
enfermedad o la escasez de recursos para dar de comer a los suyos…,
quiere llegar al corazón de los que se aman, de los que luchan cada día
por dar el mejor futuro a sus hijos; quiere llegar al corazón de tantos
cristianos que dudan o cuestionan su propia fe porque aún no se han
encontrado con Él… Es Él, el Señor, quien quiere pisar Almería, y
repetir nuevamente que está con nosotros para que vivamos, y vivamos en abundancia. (Jn 10,10).
Todo
tiene sentido, hermanos, si no perdemos de vista esto. Todo tiene
sentido; el trabajo callado y constante, sincero, entregado y fiel de
cada cofrade que espera con ilusión esta Semana grande de nuestra fe
para hacer lo que sabemos hacer: invitar a todos a que se encuentren con
Él.
Una
nueva Semana Santa: una nueva oportunidad para dejar que el Señor
llegue a nuestra vida y la transforme. Esta debe ser nuestra actitud en
la Cuaresma que estamos celebrando y durante la Semana que nos llevará a
la Pascua: el deseo de una profunda conversión desde el amor a Dios y a
los demás, vivida en el seno de la Iglesia.
Recordad
que para un cofrade, su misión no finaliza la noche en que termina su
estación de penitencia; todo el año es cofrade. Sí. Ese Cristo al que
amas y acompañas, esa Madre amorosa y dolorida con quien caminas bajo su
manto quieren seguir presentes en nuestras calles y barrios, y lo harán
si permanecen en el corazón de cada uno de sus hijos cofrades. Para
ello, procuremos el encuentro con Quien sabemos que nos ama en
la oración, la escucha de la Palabra, los sacramentos, la Eucaristía. Y
todo ello en el marco incomparable de nuestra familia la Iglesia que se
concreta en cada Parroquia, en cada comunidad cristiana que, durante
todo el año camina de la mano de Jesús Resucitado.
Vivamos
intensamente este tiempo cuaresmal, y de una manera especial el Triduo
Sacro, razón de ser de la fe que celebramos y vivimos.
Agradezco el
esfuerzo de todos, y os animo a vivir la alegría del amor de Dios, que
cuenta con nosotros para “llevarle” a nuestro mundo.
Almería, 23 de febrero de 2015
José María Sánchez García
Delegado
Episcopal para el Apostolado Seglar
Consiliario de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería
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